miércoles, 26 de diciembre de 2007

Pujol y el mestizaje

Pujol y el mestizaje

Se luce Jordi Pujol, ex Presidente de la Generalitat, afirmando en unas declaraciones que la integración de los inmigrantes debe llevarse a cabo sin llegar al mestizaje, pues eso significaría el fin de Cataluña. Alguno de sus defensores se ha apresurado a interpretar la palabra mestizaje no sólo como la acción de concebir mestizos, sino como la mezcla de culturas, costumbres, tradiciones, etcétera...

No quisiera yo pensar que mi ex Presidente se refería a que los catalanes evitáramos mezclarnos con inmigrantes, aunque también es verdad que no sería la primera vez que un político, una vez liberado de sus compromisos, se desata la lengua y dice todo lo que no dijo cuando sus palabras estaban sujetas a la censura de los analistas de lo políticamente correcto.

Evitar el mestizaje no es tarea fácil. Para llegar a la Cataluña libre de mestizajes que propone Pujol, debiera establecerse un “test de catalanidad” que evitara que sujetos no dignos entraran en contacto con la raza catalana.

Las solicitudes del “test de catalanidad” podrían recogerse en las sucursales de “La Caixa”. Obviamente estarían escritas sólo en catalán. Aquél que no fuera capaz de leerla y contestarla sin faltas de ortografía, quedaría excluido de la condición de “catalán puro sin lugar a dudas”, evitándose así posteriores trámites más complicados y caros.

El “catalán sin lugar a dudas” deberá presentar y acreditar una genealogía de no menos de seis generaciones de catalanidad pura, sin mestizaje alguno que pusiera en riesgo a Cataluña.

Un análisis clínico deberá certificar que en los últimos tres meses sólo se han consumido productos de la tierra. Nada de Rioja, que eso sería mestizaje vinícola y tenemos en Cataluña excelentes vinos del Priorato. Ni Jabugo, que sería una ofensa y un desprecio para las butifarras de Vic y de Olot. Brigadas de los Mossos d’Esquadra emitirían certificados de idoneidad, indispensables para obtener la credencial de “catalán puro sin lugar a dudas”, cuando en los registros domiciliarios a las despensas de los aspirantes, sólo se encuentren productos etiquetados únicamente en catalán.

Se crearán contenedores donde poder quemar todos aquellos libros no escritos en catalán y las cenizas serán arrojadas bien lejos de nuestros límites territoriales, no vaya a ser que contaminen, en su mestizaje con nuestro puro subsuelo, la integridad de las “mongetes de Castellfollit”.

Se prohibirá al “catalán puro sin lugar a dudas” que coma en Mc Donalds, Telepizza, restaurantes chinos, tailandeses, etc… , que tome caipirinhas en los bares brasileños, aunque, por motivos obvios, gozará de bula cuando consuma Ron Pujol.

Aquéllos que cumplan todos estos requisitos, serán investidos “catalanes puros sin lugar a dudas”.

El resto de catalanes, esos seis millones y pico de catalanes normales y corrientes sin pluses integristas de catalanidad, o lo que es lo mismo, la mayoría de catalanes, nos mestizaremos todo lo que nos dé la gana y contemplaremos como sólo esos pocos, poquísimos, “catalanes puros sin lugar a dudas”, ésos que confunden los vocablos integrismo e integración, hacen el ridículo, se aíslan y se separan aún más del resto de la civilización.

No hay comentarios: