miércoles, 9 de septiembre de 2009

Phishing de pata negra

Artículo publicado en Vistazo a la Prensa en septiembre de 2009
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Aviso a Navegantes. Estos últimos días se está produciendo una oleada de correos electrónicos conteniendo la conocida estafa del phishing, pero con una variante realmente peligrosa. Si no fuera porque los autores son unos chorizos de mucho cuidado, habría para felicitarlos por su ingenio, porque lo cierto es que han dado una vuelta más de tuerca a este tipo de estafas en las que parecía que ya estaba todo inventado, y lo han hecho de forma muy hábil e inteligente. Ruego a mis queridos reincidentes que presten atención a este artículo, pues es tal la destreza que han empleado los cibermanguis en el desarrollo de esta nueva modalidad de estafa, que es relativamente sencillo picar en el anzuelo, incluso para aquellos que ya conozcan el clásico timo del phishing y tengan claro que jamás se deben facilitar por ningún medio sus datos bancarios confidenciales.

Como ya saben ustedes el phishing consiste, grosso modo, en remitir correos electrónicos simulando provenir de su entidad bancaria, donde le solicitan la confirmación de sus datos bancarios -casi siempre el número de su tarjeta de crédito y su correspondiente número PIN- incluyendo en el correo un enlace a una copia exacta de la apariencia de la web de su banco o caja de ahorros, donde el timado introduce de buena fe sus datos que, de inmediato, pasan a mano de los estafadores que luego los utilizan para hacer compras, principalmente por Internet, que le cargarán a su cuenta hasta que usted se aperciba de ello y cancele la tarjeta o hasta que se la dejen a cero. Lo que suceda antes.

¿Qué problema presenta el phishing a los estafadores últimamente? Pues que los medios de comunicación – incluso más que los bancos y cajas que debieran ser los primeros interesados- se han hartado de describir este timo y de prevenir al público sobre esta práctica fraudulenta, de manera que ya casi nadie caía en el timo. Algunos malos, poco avispados, pasaron a sustituir los correos que simulaban provenir de bancos y cajas por un e-mail que parecían proceder de la Agencia Tributaria, pero la filosofía del timo era básicamente la misma, pedirle a usted que les facilitara los datos de su tarjeta; y usted, mi querido reincidente, advertido por un servidor hasta la saciedad en numerosos artículos sobre diversas nuevas modalidades de estafas, ya no se fía ni de Hacienda desde el momento en que le piden el número de la tarjeta, de manera que los malos no se comían un colín con este tipo de timos y diseñaron esta ingeniosa variante que ya ha hecho picar a navegantes que jamás hubiesen caído en un phishing vulgar. Les cuento.

Usted recibe un e-mail de Correos diciéndole que tiene un telegrama on line, y en el propio e-mail tiene el enlace que le lleva a la presunta página de Correos. En esa página, con los logos de Correos perfectamente reproducidos, aparece un botoncito que le indica algo así como “pulse aquí para leer el telegrama”. Cuando usted pulsa, el navegador le avisa de que necesita instalar un “plugin” o complemento para visualizar correctamente la página. Cualquiera que se mueva mínimamente por Internet sabe que resulta muy habitual que los proveedores de software informático actualicen sus complementos para navegar, de manera que todos nosotros hemos instalado mil veces “plugin” de Flash, de Adobe, Quick Time, o actualizaciones de Firefox, Internet Explorer etc… que periódicamente lanzan nuevas versiones de sus programas o complementos.

Y es entonces, cuando usted actualiza el “plugin”, como ha hecho anteriormente cientos de veces de manera rutinaria, se le instala un programita muy cabroncete que es el que luego va a servir a los malos para limpiarle la cuenta, pero eso vendrá más adelante, ahora está usted en la (presunta) página de Correos, intentando leer un telegrama que al final , o bien no llegará a leer porque el explorador le marcará un error y usted desistirá, o bien le aparecerá un telegrama del tipo “Gracias por todo, Wenceslao. Firmado Juan Pérez”. Usted, que no se llama Wenceslao, se imagina que se trata de una confusión del tal Juan Pérez, cierra el navegador, quizás piense que está muy bien eso de los telegramas on line, o quizás se pregunte de dónde narices habrá sacado Correos su dirección electrónica, pero, sea como fuere, eso ya es lo de menos, porque cuando usted instaló el complemento para su navegador, lo que en realidad hizo fue instalar un programa de suplantación bancaria bastante logrado. Si tienen el interés y la paciencia necesarias, les cuento brevemente cómo funciona.

Ese programilla permanecerá vigilante a que usted, dentro de diez minutos o dentro de diez días, acceda a la página de Internet de su Banco y, cuando lo haga, éste se le adelantará a su banco y le plantará ante sus ojos una copia exacta, exactísima en algunos casos, de la web de su entidad y se quedará con sus códigos de acceso a la página, con los cuales el malo podría, por poner un ejemplo, transferir mil trescientos siete euros a cualquier otra cuenta hoy, setecientos quince a otra pasado mañana, etc... Usted no accederá ese día a sus cuentas, el navegador le avisará de un error –recuerde que en realidad no está en la página real de su banco, sino en una clonada alojada en otro servidor- pero no le dará importancia porque probablemente le haya sucedido otras ocasiones, y no es que no vaya a sospechar nada, que tampoco, es que no se va a dar ni cuenta. Porque ha sido usted mismo el que ha abierto la página de su banco desde su propio navegador como ha hecho siempre, quizás tres días o tres semanas después de abrir aquel e-mail de Correos que ya ni recuerda.

La versión del programa cabroncete que un servidor ha visto contiene réplicas de las web del BBVA, de La Caixa y de Caixa Catalunya, de manera que todo aquel que haya instalado ese programa y haya intentado a acceder a sus cuentas, bien sea tecleando la página, ya sea recuperándolas desde los favoritos de su navegador, le ha regalado a los malos los datos que les permiten limpiarles la cuenta. Es de esperar que en las próximas versiones de ese programa amplíen el número de bancos a los que les han clonado la página, y que no sólo simulen provenir de Correos, sino que procederán de cualquier remitente desconocido que desde el mensaje le sugiera visitar una página web mediante un enlace insertado dentro del mismo cuerpo del e-mail.

¿Cómo evitar este timo? Es sencillo.

1) No abriendo enlaces que lleven a páginas de Internet desde el propio mensaje de correo electrónico cuando éste provenga de un desconocido. Recuerde que ya no sólo nos debe resultar sospechoso un e-mail que nos solicite datos bancarios. Cualquier mail que contenga un enlace a una página de Internet puede intentar colarnos el programilla. No sería mala práctica acostumbrarse, por sistema, a acceder siempre a las páginas de Internet desde el propio navegador y no hacerlo desde los enlaces que nos puedan aparecer en el interior de un mensaje de correo electrónico.

2) Sólo instale un “plugin” o complemento en páginas conocidas y de confianza. No sería una buena idea instalar el plugin que les solicite la página www.tiasbuenas.sat, en cambio, no sería peligroso si el navegador se lo solicita cuando usted se encuentre navegando por www.lavanguardia.es.

3) Es importantísimo contar con un antivirus de confianza y mantenerlo correctamente actualizado. Los antivirus más utilizados ya disponen de las actualizaciones que les permiten detectar ese “plugin” como un programa malicioso.

En cualquier caso, aunque tenga usted el mejor antivirus del mundo mundial y sus alrededores, sea cauto cuando navegue por páginas desconocidas y cuando reciba correos de remitentes que no conoce. Recuerde que los malos, también en Internet, van siempre un paso por delante.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Operación Pandemia

Artículo publicado en Vistazo a la Prensa en septiembre de 2009
Ha llegado hasta quien les escribe un documental, producido por un tal Julián Alterini, realizador de televisión argentino, que viene a confirmar lo que seguro que muchos de mis queridos reincidentes ya habían intuido: que en todo esto de la Gripe A hay algo que expele cierto tufillo extraño, que el gran público tiene muchas preguntas y pocas son las respuestas que desde los medios convencionales nos remiten y, especialmente, la duda de que si, detrás de todo este embrollo, no existen intereses que van más allá de la lógica preocupación de las autoridades por la salud de la población.

El documental, producido exclusivamente para su difusión por Internet, recoge datos, fuentes oficiales y estadísticas que, como mínimo, siembran nuevamente la duda sobre si es cierto todo lo que nos cuentan y, sobre todo, si la histeria colectiva que se está padeciendo está realmente justificada. Si mis queridos reincidentes me lo permiten, la columna de esta semana va a hacerse eco de lo expuesto en ese documental y va a transmitirles y comentarles esos datos.

Se remonta el autor al mes de mayo de 1997, cuando por primera vez se tiene noticia de la existencia del virus H5N1, más conocido como el virus de la gripe aviar. Se desplaza el documental hasta diciembre de ese mismo año, cuando se detectaron 18 casos de la gripe aviar y las primeras 6 víctimas mortales. Durante casi cinco años, se habla poco o nada del tema, hasta febrero de 2003, cuando en Hong Kong se detecta otro foco de gripe aviar, con dos personas infectadas y un muerto, éste contagiado por contacto directo con aves. Sigue sin pasar nada… hasta el cabo de más de dos años cuando a mediados de 2005 empiezan a aparecer casos de gripe aviar en el noreste de China y en el este de Rusia. La cosa se empieza a animar, pero ruego a mis queridos reincidentes que retengan estas fechas. Luego les cuento por qué.

Septiembre de 2005. La OMS, desde Ginebra, Suiza, emite una alerta en la que advierte que el número de casos de muertes por gripe aviar podría llegar a los siete millones cuatrocientas mil personas. Empieza el susto y la histeria colectiva, máxime cuando en Londres se detecta el virus en un loro, animalico...

Las autoridades, siempre atentas al bienestar y la salud del ciudadano, se ponen las pilas. Mr. Bush, gran humanista como ustedes saben, se desplaza al National Institute of Health y, tras entrevistarse con sus responsables, vaticina que dos millones de americanos podrían morir víctimas de la gripe del pollo. A la gente ya no le llega la camisa al cuerpo y, para acabarlo de arreglar, la OMS advierte, meses después, de una probable transmisión entre humanos del virus en Sumatra, donde se registran 8 casos nuevos pero, gracias a Dios, ninguna víctima. En España se está medio tranquilo hasta poco después, cuando aparece la primera ave infectada.

Recordarán mis queridos reincidentes las imágenes de histeria colectiva de entonces, cuando se fumigaba a la gente en los aeropuertos, o cómo las ventas de pollo caían por debajo del subsuelo y de qué manera se sacrificaban pollos, patos, y todo bicho con pico y con alas.

Si damos un salto en el tiempo y nos plantamos en el mes de junio de 2009 nos preguntamos qué fue de aquella horrible pandemia que amenazaba a 14 millones y medio de personas en todo el mundo según la OMS o a dos millones en los EUA según el humanista Bush, que poco después de su predicción ordenó destinar siete mil millones de dólares en prevención de la enfermedad, asignando mil doscientos millones de dólares a la adquisición de veinte millones de dosis de la vacuna de la gripe A.
Pongamos ahora las fechas que antes les comentaba en consonancia con otras nuevas fechas que, casualmente, guardan cierta coincidencia. Desde luego que fruto del azar, que ya saben mis queridos reincidentes que un servidor no es para nada mal pensado.

- Año 1996. La compañía biofarmacéutica Giled patenta el medicamento Tamiflu como medicamento contra varios tipos de gripe. Por aquellos entonces no existía ni la gripe aviar, ni la porcina, ni las venideras.
- Año 1997. Donald Rumsfeld (les suena el nombre, ¿a que sí?) miembro del consejo de administración de Giled, es nombrado presidente del mismo.
- Año 1997. Giled llega a un acuerdo con los laboratorios suizos (Suiza, ese país desde donde la OMS emitió la alerta de los catorce millones y medio de muertes) ROCHE para producir y distribuir el Tamiflu hasta el año 2016, a cambio del 10% de comisión sobre el total de las ventas.

Ya estamos en el año 2001 y Donald Rumsfeld deja su cargo en Giled. Y no es que le fueran mal las cosas en la compañía, no… es que George Bush –que había gastado una millonada en Giled- ficha a Mr. Rumsfeld como secretario de defensa. ¿A qué huele? Mejor eliminen el acento del pronombre de relativo y lo transforman en conjunción: ¿A que huele?

¿Saben mis queridos reincidentes cuántos muertos de aquellos dos millones vaticinados por Bush se produjeron en USA a causa de la gripe A? Según la OMS cero. A eso se le llama efectividad en los cálculos. Eso sí. Giled, ROCHE y Rumsfield hicieron el agosto.

¿Saben mis queridos reincidentes cuántos muertos de aquellos casi siete millones y medio de muertos que preveía la OMS se acabaron contando? Según la OMS, entre el año 2003 y el 2009, han fallecido a causa de la gripe aviar doscientas setenta y dos personas. O lo que es lo mismo, treinta y nueve habitantes por año a causa de la grandísima pandemia que iba a asolar la faz de la tierra.

¿Son muchas treinta y nueve muertes al año? Bueno… depende.

La gripe común, la que todos hemos pasado alguna vez, mata anualmente a medio millón de personas en el mundo. Pero no mata a cualquiera que agarre la gripe, eso ya lo saben mis queridos reincidentes. Sólo mata aquellas personas con ciertas patologías preexistentes. Mmmm… de qué me suena a mí esto…

Pero todo aquello ya pasó de moda, porque ahora lo que se lleva es la gripe A por que la OMS ya ha advertido que a fecha 30 de junio del corriente, el virus de la gripe A se ha llevado por delante a 382 personas. ¿Muchas? Bueno… de nuevo depende.

Cada año fallecen en el mundo, además del medio millón a causa de la gripe común:

- Dos millones de personas a causa de la malaria, muchas de esas muertes podrían evitarse utilizando simples mosquiteras.
- Dos millones de niños a causa de la diarrea, muchas de esas muertes podrían evitarse, según recoge el documental, utilizando un suero oral que cuesta menos de veinte céntimos el frasco.
- Diez millones de personas mueren anualmente a causa de enfermedades curables, como la neumonía, o el sarampión.

Y ahora, la pregunta del millón. ¿Cuántas de estos catorce millones de muertes anuales son portadas de los diarios?

Si tenemos en cuenta que el Tamiflu de Rumsfield y ROCHE es -casualmente, desde luego- uno de los dos medicamentos recomendados por la OMS y con los antecedentes que antes describíamos sobre la gripe aviar, el informe llega a la conclusión siguiente:

¿Qué mejor manera de comercializar un producto que generando la necesidad de ese mismo producto?

Poco le importa a ROCHE que la necesidad sea provocada causando la histeria colectiva, y menos aún cuando el valor de sus acciones se triplicó en sólo tres días, coincidiendo –también casualmente- con la recomendación de la OMS sobre el Tamiflu, de la misma manera le importa a GILED -o sea un pito- que obtiene un diez por ciento de todo el Tamiflu que vende ROCHE.

Lo único que no ofrece dudas en todo este embrollo es que hay por ahí unos cuantos que se forraron con la gripe aviar y que se está haciendo de otro con la gripe A.

Y en eso consiste el documental “Operación Pandemia”. ¿Da o no da que pensar?

A estas alturas, uno ya sospecha hasta del nombre: gripe A. A ver si han empezado por la A con la intención de repetir sucesivas gripes hasta llegar a la Z...

Evidentemente el virus existe, y es conveniente observar ciertas medidas higiénicas para intentar no contagiarse, de la misma manera que debemos hacerlo para evitar la gripe común. Que es conveniente utilizar pañuelos desechables para sonarse, que es mejor estornudar sobre la manga que sobre la mano, que es recomendable lavarse las manos con frecuencia, que se debe acudir a urgencias si la fiebre supera los 39 grados… En fin, todas esas medidas que debiéramos observar siempre por pura higiene.

Así que, mis queridos reincidentes, cuídense y mantengan las más elementales precauciones que les impidan agarrar la gripe común y probablemente evitarán del mismo modo contagiarse de un montón de otras enfermedades que se transmiten por vía aérea como lo es la gripe A, aunque estadísticamente, y según desvela el National Safety Council americano, tiene usted más posibilidades de ser alcanzado por un rayo que de contagiarse de la susodicha gripe A, por lo que quizás no sea necesario instalarse en un bunker todo el invierno, ni envasarse al vacío hasta que pase todo, ni retirarle el saludo a los conocidos, no sea que se empeñen en chocarnos la mano o en darnos los dos besitos de rigor.

Ahora que, una cosa es no obsesionarse y la otra es pasarse las más elementales medidas de higiene por el forro, como está haciendo cierto ayuntamiento de cierta capital andaluza, que pese a ser la más occidental de todas ellas -con todas las connotaciones que el vocablo occidental sugiere- ha sustituido el sistema de timbrar a la entrada y la salida con la tarjetita de toda la vida, por el más moderno de plantar la mano en una pantallita que lee el contorno de la misma e identifica al propietario de la mano, a la vez que recoge sus virus y bacterias para transmitírselos al funcionario que venga detrás.

Si ese ayuntamiento no ha registrado nunca el caso de que uno de sus funcionarios haya sido fulminado por un rayo, probablemente tampoco ninguno de ellos agarre la gripe A este invierno, bastante más probable –ocurre cada invierno en un montón de ocasiones- varios de ellos agarrarán la gripe común y dejarán sus virus en la pantallita lectora de manos para que sus compañeros los recojan.

Lo mismo algún político onubense se ha inflado a comprar acciones de Frenadol…