sábado, 3 de junio de 2023

Ecoscooting o cómo marearte durante treinta días con un paquete

La verdad es que todo no es malo de esta compañía, por mucho que en las valoraciones en Internet  aparezcan con cierta frecuencia acusaciones de quedarse con los paquetes, de mentir compulsivamente sobre inexistentes entregas, de falsificar burdamente  la firma de receptores que jamás recibieron su paquete y demás lindezas por el estilo,  pues el señor Ecoscooting y su gente me han devuelto las ganas escribir otra nueva entrada en este blog, cosa que hacía años que no sucedía.

Ignoro si alguno de mis queridos reincidentes llegará a leer esta entrada, lo normal sería que este humilde blog haya desaparecido de la lista de favoritos de las pocas personas que me seguían, pero esta mañana me he levantado con ganas de compartir mi experiencia con esa empresa la cual, según leo en los comentarios y valoraciones que muchos clientes les dedican,  es más que  posible que cuando lean esto ya ni exista, pues con tales malas praxis no hay organización que aguante, pese al innegable talento del que hacen gala sus responsables, porque sin duda es necesario talento para hacer mal todo lo que se puede hacer mal, sin que ni siquiera la casualidad -que ya saben ustedes que a menudo es puñetera- propicie un servicio correcto, ni que sea sólo de vez en cuando. 

No sabe un servidor de ustedes si con esta entrada quien les escribe va a recuperar el hábito de escribir de forma regular, probablemente no, que con la edad se me antoja más escasa la virtud de la constancia  y mas constante el vicio de la vagancia, muestra de ello es este texto en el que, lejos de redactar un escrito ex profeso para este blog, voy a limitarme a copiarles aquí el correo que remití a esta empresa, la cual, dicho sea de paso, no se corresponde con la acepción primera que la RAE dedica al vocablo empresa: "acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo"  aunque, bien pensado sí encaja, que hay que ponerle no sólo esfuerzo y decisión, sino también ganas y mala leche para hacerlo tan rematadamente mal.

Y así, sin más, me van a permitir mis queridos reincidentes que les acabe de resolver este texto con el tan socorrido copy - paste con el que el señor William Gates obsequió  a usuarios de  ofimática y -como es el caso de quien les escribre-  a  juntaletras holgazanes y perezosos.

Si por alguna casualidad topa con este  texto alguno de mis antiguos queridos reincidentes que echa de menos las desventuras y ruinas con las que regularmente les taladraba en éste y otros medios, les sugiero que dejen alguna nota en los comentarios de esta entrada y quizás así rebrote aquella divertida rutina merced a la cual ustedes y yo interactuábamos semana a semana en el ciberespacio.

Aquí el paste del último correo  que un servidor (hubo correos anteriores, aunque francamente más aburridos) remitió a  los servicios de atención al cliente de Ecoscooting, con el cual se harán una idea de la eficiencia del señor Ecoscooting y sus empleados.


Hola de nuevo. El jueves día 18, a las 19.50 horas, les remití un e-mail quejándome de su correo electrónico en el cual me comunicaban que no me habían podido entregar un paquete a causa de “destinatario ausente”.   Hoy les escribo otro para contarles cómo prosigue  tema.


Hoy, a las 11.45, recibo una llamada del 631 ** ** ** en la que un transportista afirma traerme un paquete y a lo que le respondo que adelante, que en casa hay gente, que sólo tiene que llamar a la puerta y le abriremos de mil amores. Existe cierta barrera idiomática y no acabo de entender bien qué me pregunta, pero creo deducir que no sabe encontrar la puerta, intento explicárselo pero no parece entenderme, me asomo a la ventana y no lo veo, le pregunto que dónde está, y me dice que en Manresa (qué casualidad, yo también, vamos bien) le digo que me describa lo que ve, a ver si me oriento, y me dice que un bloque, a lo que replico que yo no vivo en un bloque sino en una casa, le interrogo sobre qué más ve y no sabe qué responder. Intento darle indicaciones para llegar a mi casa deduciendo que ha de andar por los alrededores, le describo el colegio, el instituto contiguo, la panadería, el bar del chino Juan con su terraza característica… Salgo a los alrededores a ver si anda por aquí. Le cuento que mi casa da a dos calles, que por la parte de detrás, la calle se llama “Calle de Fulanito de Tal”, pero que por la parte de delante se llama “Pasaje de Fulanito de Tal”, cosa que ya ha ocasionado alguna confusión con algún repartidor novato, pero no veo por ningún lado furgoneta alguna ni a nadie circulando. Le pregunto, nuevamente, qué es lo que ve, si el colegio, el instituto, la panadería, la terraza, el chino Juan… Y me dice que sí, y le pregunto que sí qué… Y de ahí no lo saco. “Manresa, bloque y sí” y yo dándole vueltas a la casa, al instituto, a la panadería, buscando una furgoneta con un repartidor perdido, dentro o cerca de un bloque, le pregunto al chino Juan (en realidad se llama Chang, pero los vecinos le hemos nacionalizado el nombre) y nada… Le sugiero al repartidor que busque alguna de esas placas con las cuales los ayuntamientos informan a sus convecinos del nombre de la calle, para que así nos situemos él y yo y me dice que sí y me cuelga.

Me siento en el banquito que tengo en la puerta de mi casa esperando a ver si aparece el señor desorientado, me conecto a Instagram, que así se entretiene uno con las marujerías de los conocidos, pasa el tiempo, y nada de nada. Cuando he repasado la cronología de todo el vecindario (para cotillear lo que hacen los vecinos Instagram es ideal) y cuando me harto de cotillear y de esperar llamo a su teléfono y me responde otra voz, que me dice que ahora es otro repartidor (con el mismo número de teléfono aunque con acento maño, con lo cual desaparece la barrera idiomática)  y me cuenta que el anterior repartidor ya no está y que no sabe de qué paquete le hablo.

A estas alturas, el paquete ya me da bastante igual. Eran dos correas de reloj baratas de una medida rara para unos relojes viejos que estoy restaurando (friqui que es uno), sólo les ruego que en el correo que me enviarán (como hacen cada dos días para decirme que el paquete llega mañana) no pongan lo de “destinatario ausente”, creo que me lo debéis después del mareo que me lleváis dando desde el día 11. Como motivo de imposibilidad de la entrega os sugiero otras razones más acordes con la realidad: conductor desorientado en bloque de Manresa sí, incompetencia en la gestión de los repartos o, directamente, desastre de empresa.

No es por ser agorero, pero visto las críticas que estoy leyendo en Internet sobre vuestro servicio, lo cierto es que no os auguro muchos éxitos. ¡Ánimos!

Atentamente,


M.M.

PD. A día de hoy seguimos sin noticias del paquete. 







 

lunes, 6 de abril de 2020

Les meves dades són de Google, però... OMG! Ara les vol l'Estat!


Aprofito el debat que estem tenint aquests dies a la facultat,  per fer una nova entrada al blog...  Ara veig que és la pimera en català!. P'a que luego digan... 


A mis queridos reincidentes que no entiendan catalán, y tengan interés en leerlo, pueden copiar el texto i pegarlo en este enlace, y el señor Gogle os lo traducirá al momento y de una forma bastante decente.

Al lío! / Som-hi!


Em sembla molt interessant el debat sobre ponderació de drets, i sobre què pot limitar i què no un decret d’alarma,  però m’agradaria fer una reflexió en el sentit de què poc curosos som –amb honroses  excepcions, evidentment- amb la nostra privacitat en general en el nostre dia a dia,  i de quina manera ens passem a l’integrisme de la privadesa quan és l’administració qui planteja captar dades  –quantitatives, aquesta dada és important-   ni que sigui, com ho és en aquesta ocasió, davant una situació excepcionalíssima,  com mai l’hem viscut la majoria de nosaltres.
Qualsevol que tingui Whatsapp ha de tenir,  sí o sí,  un compte Gmail. Així, Google sap on som en cada moment, què comprem, on ho comprem, què ens agrada i què no, qui tenim a l’agenda telefònica, quanta estona passem parlant amb cadascú d’ells...

Google coneix, per exemple,  qui freqüenta  prostíbuls i quan es gasta cada cop que hi va, qui compra Viagra, pornografia,  joguines sexuals...  L’assistent de Google (o Alexa si som d’Amazon) escolta permanentment les nostres converses, fins i tot les més íntimes; els televisors Samsung (i probablement els altres també)  no només ens escolten sinó que també ens  “miren” i ens veu quan som davant la tele;  l’ Iphone pot, fins i tot, monitoritzar la nostra activitat sexual;  instal·lem infinitat d’app que ens sol·liciten mil permisos...  Algú es demana perquè l’app del Tetris  necessita accés a la càmera fotogràfica, a la ubicació , al telèfon i a l’agenda?

Pengem fotos dels nostres fills menors a Facebook, de les nostres vacances, de qualsevol cosa que fem, de què mengem...   Tot i saber que Facebook –doncs tu mateix signes el consentiment si vols tenir-hi un compte-  fa negoci amb les teves  dades i els nostres likes, i  ningú no ho qüestiona,   bé per  inconsciència, o bé perquè pensem que ni el senyor Google, ni el senyor Samsung, ni el senyor Facebook, ni cap dels seus empleats, ni cap dels clients als qui vengui les nostres dades  en farà un mal ús d’elles.   


Ara, si és l’estat, en un cas d’emergència com aquest, entrem en paranoia i ens imaginem que estat, administracions (incloent-hi l’Agencia de Protecció de Dades) es conxorxaran, no per  fer front a una  pandèmia que ja ens ha costat a hores d'ara 12.562 morts,  sinó perquè segur que l'Estat vol  saber on  sóc,  on vaig i amb qui, què compro, què menjo... 





sábado, 25 de enero de 2020

Correos y el paquete que no estaba a su disposición, si no a la de su madre.

Ésta es la surrealista historia de un paquete por el que pagamos 4.95 € de gastos de envío y que, pese a estar en casa cuando lo trajo el cartero, nos ha costado tres viajes a la oficina de @Correos.

El paquete lo compra online mi hija que, por estar recién operada, está viviendo estos días en casa. Lo paga ella y, por tanto, ella es la titular del paquete, pero como está viviendo en casa pide que se lo traigan a esta dirección.

El miércoles, al medio día, aparece un cartero. Lo veo por la ventana. Llama al timbre. Como esto es una casa y sabemos que ese cartero suele tener prisa, ya no bajo a la puerta a abrir, sino que salgo desde la ventana para avisar de que bajo a abrir.

Ya es tarde, el tipo se ha metido en el coche y arranca. Chillo como un poseso, a ver si me oye, despierto la atención de un vecino que está en la calle, se queda con la copla e intenta avisar al cartero.

Decididamente el cartero tiene prisa, porque esquiva al vecino y sale de la calle dejando una polvareda de gravilla y desilusión. Se va, eso sí, acompañado por los improperios del vecino al que casi le arruga los zapatos y le plancha el traje.

No es la primera vez. Aquí vienen varios carteros: una chavala que va con un scooter que es un encanto, un hombre de mediana edad que viene en coche y que más de lo mismo, y otro chavalote, que sospecho aquejado de colitis ulcerosa, o cualquier otra patología psicosomática que le causa estrés, prisa e impaciencia, porque va siempre a escape.

En otra ocasión ocurrió lo mismo con una guitarra, por la que pagué un dineral en concepto de gastos de envío y que pese al pastizal me tocó ir a recogerla a @correos. La suerte es que aquella guitarra sí venía a mi nombre y no tuve que pasar por los descalabros que esta vez nos aguardaban.

Total, que se fue el cartero sin dejar el paquete. Y sin dejar papelito en el buzón. Y me viene a la memoria otro cartero que dejaba directamente el papelito en el buzón cada vez que pedía un libro a @iberlibro. Aquél, ni siquiera llamaba al timbre. Directamente te dejaba el aviso de recogida en oficinas. Decía que "sí hombre voy a cargar yo con tanto paquete". ¡Sólo traía los avisos, no los libros!  Uno pagando gastos de envío pero yendo a buscar los libros a @Correos. A aquél debieron de echarlo, porque hace tiempo que no se le ve el pelo.

Recapitulando, se pira el cartero con el paquete y sin dejar aviso en el buzón. Llamada a @Correos para preguntar y me dicen que "a veces pasa, no dejan papel." Pregunto si volverán a pasar y me dicen que sin número de envío no pueden saberlo. Como espero más paquetes, no puedo saber cuál es el paquete fugado, así no hay forma humana de saber si a ese paquete van a volver a traerlo o no...



Miércoles por la tarde. Mi hija recibe en su móvil el mensaje que veis ahí arriba y que transcribo literalmente. No, literalmente no, porque añado los acentos que ellos no han puesto, y me pregunto... ¿Por qué no pone acentos @Correos? “Su envío -aquí el número de seguimiento- está a su disposición en la oficina de PL. D ESPANYA,1MANRESA. Nótese que literalmente reza "a su disposición" ante lo que cualquier buen entendedor entiende que puede ir a recogerlo sin más trámite. Craso error. No es cierto.

Primer intento. En la oficina no se cabe. Varios de los puestos están vacíos pese a que la cola es inmensa. Alguien comenta que es mala hora, la merienda y demás... Nada que decir. Los humanos necesitamos comer. También merendar. Volveremos mañana a primera hora, que siendo sábado seguro que no hay nadie...

Allí que vamos, con mi hija, recién operada de la espalda, porque claro, el paquete es suyo, y en el mensaje que le han puesto al móvil dicen que está a SU disposición.

Para ser sábado no está mal... A tope de gente, aunque en honor a la verdad están todos los puestos con su funcionario trabajando y el ritmo es bueno. En menos de media hora estaremos fuera. Nos toca. Mostramos el mensaje del móvil y le decimos al funcionario que es lo único que tenemos.

Nos cuenta que a veces dejan papel, a veces que no, que depende. Que unas veces pasan de nuevo, que otras no, que depende. Cuando le pregunta a mi hija cómo se llama, ella, que es educada responde y le dice “¡Ah no! No te doy el paquete porque no va a tu nombre”.

Resulta que el paquete va a nombre de su madre. No sabemos aún por qué. Le hacemos notar que en el mensaje de móvil dice que está a "su disposición" no a la de su madre. Y que si necesita aportar alguna documentación, bien hubiese estado que avisaran en el mensaje. No es su problema.

Le relatamos toda la historia, no es su problema. Necesitamos un papel del destinatario firmado autorizando a la persona receptora, fotocopia del DNI y DNI de quien lo recoge.

Apelamos a su humanidad, una joven, recién operada, que camina con dificultad, que pese haber pagado 4.95 € por el envío, está allí para recogerlo porque tiene un mensaje en SU móvil diciendo que está a SU disposición.... No a la de su madre. Respuesta: No es su problema.

Se le dice que disponemos en el móvil la factura de ESE paquete, número de seguimiento incluido a nombre de mi hija. Respuesta: No es su problema.

Vuelta para casa, redactamos un papel, DNI de la madre, del padre, del espíritu santo por si acaso... ¿Sabes qué? No me fío un pelo. Además de la fotocopia llevemos el original, también el libro de familia, la escritura de la casa, pasaporte de los tres, permiso de conducir.

Esta vez mejor bajar en moto, porque a la hora que es, seguro que no hay aparcamiento, y en la puerta hay un reservado de motos la mar de majo... Un Ford Fiesta estacionado en el reservado de motos... No cabe ni una moto más ... Dejo la moto en zona azul, pero saco tique, que con el día que llevo sólo me falta una multa.

El “su turno” con el número 85... Na, un ratillo. Me toca el mismo funcionario. Hace como que no se acuerda de mí. Le suelto autorización, DNI de la Madre, del Padre del hijo, bueno… de la hija, de la que llevo el móvil, con el mensaje de Correos donde venía el número de pedido. Uno es perro viejo y ha anotado el número de pedido también en la autorización, veo que el funcionario lo busca y lo comprueba. Cara (mía) de satisfacción porque esa vez sí llevo todo lo necesario, incluso más, que traigo, además, el resguardo de la declaración de la renta, partida de nacimiento de los tres, una fe de vida, certificado de empadronamiento y el carné de la Peña Blaugrana.

¡Victoria! Me ha costado lo mío pero ya tengo el paquete. Y ahora le pregunto a @correos… ¿Por qué no avisáis de los requisitos necesarios para recoger paquetes en los mensajes de móvil como hacéis en los impresos? ¿Me vais a devolver los 4'95 € gastos de envío? ¿Y el tique de la zona azul? 

Otra cosa, señor @Correos… Tengo previsto ir en breve a buscar la etiqueta ambiental de la moto. El cartero con prisa la debió perder, porque me llegó la del coche pero no la de la moto. ¿Qué necesito para que me la deis?

martes, 8 de octubre de 2019

Sin bravas no hay Rock and Roll


Artículo publicado en rebelnotes.com el 13/09/2019



Efectivamente, sin bravas no hay Rock and Roll. Así se lo expresé a los Rebel Notes como única condición previa a mi ingreso en los Rebel cuando, un viernes de noviembre de 2014 y apadrinado por  la entonces vocalista de la banda, aquel conjunto de Rock,  que por aquellos entonces aún no tenía ni nombre,  decidió llamarme a sus filas para unir mi guitarra a la de Oriol.

¿Que por qué sin bravas no hay Rock and Roll? se preguntarán mis   -espero-   futuros  lectores reincidentes.  Pues aunque no se lo crean, aquella única condición que en su día exigí a los Rebel, y que a día de hoy todavía mantengo,  tiene su base científica. Si no me creen, pueden preguntarle al Galileo del siglo XXI, entiéndase Google.

A poco que investiguen, encontrarán multitud de  estudios científicos de medicina deportiva que vinculan la ingesta de carbohidratos y los beneficios en el ejercicio y el buen tono muscular, cosa que redunda en la flexibilidad y potencia de las fibras musculares que favorecen los necesariamente precisos, y a la vez rápidos,  movimientos que requieren los músculos flexores metacarpo falángicos y sus antagonistas extensores interfalángicos, últimos responsables de esa digitación veloz y certera que requiere –por ejemplo- un buen solo de guitarra. Evidentemente a esos mismos beneficios se acogen  las fibras musculares de los dedos del bajista y las de los  brazos del percusionista,  y del teclista o saxofonista cuando los hubiera... Y si me apuran, también los del técnico de sonido que reacciona raudo a subir y bajar graves, agudos y volúmenes o a panear instrumentos y señales de un canal al otro con precisión quirúrgica.

Y no acaba aquí la cosa, pues tampoco les será difícil verificar, a poco que husmeen en la red,  la más que probada relación entre la ingesta de alimentos  picantes  con la  felicidad, pues está científicamente probada la influencia en la producción de endorfinas, -en concreto serotonina, dopamina y oxitocina, neurotransmisores conocidos como el trío de la felicidad-  con la ingesta de capsaicina, substancia presente en los pimientos picantes y responsable de que, valga la redundancia,  el picante pique cuando lo deglutimos.

En resumen, los carbohidratos de la patata ayudan a que los músicos toquen mejor y el picante de la salsa hace más felices a los miembros de la banda,  felicidad que, obviamente, transmiten a quienes le escuchan, es decir, a ustedes, mi querido público.

Siendo esto así entenderán, queridos lectores, que sea imprescindible que la salsa brava pique suficientemente -un servidor les recomienda una buena dosis de pimentón picante, combinado, si lo desean,  con una pizca de pimentón dulce-  y  – dato esencial -  que unas patatas bravas que no piquen, además de no poder ser catalogadas jamás de los jamases como bravas sin incurrir en blasfemia,  son inútiles desde el punto de vista de la felicidad que el Rock and Roll debiera proporcionar.

Y ahora que releo esta nota antes de colgarla en el blog de nuestra web  (https://rebelnotes.com/rebel-blog/ ) veo que me ha quedado bastante creíble   -que no en vano lo de la capsaicina y las endorfinas es rigurosamente cierto-    y que a ver si va a ser verdad que lo que empezó como una broma entre músicos, acaba resultando la génesis de un próximo estudio que, hábilmente desarrollado por nuestra bióloga de cabecera (y rebel fan de referencia, Joanna B) nos lleve a los Rebel Notes a la Wikipedia,  como aquella banda de Rock que descubrió y demostró que el  Rock and Roll del bueno sólo es posible cuando hay bravas de por medio, y que medio en broma medio en serio hemos desvelado un secreto, celosamente guardado por los dioses del Rock and Roll y  hemos sacado a la luz que no era cuestión de vender el alma al diablo como trascendió que hiciera Bob Johnson en Clarksdale, Mississippi, en los años treinta del siglo pasado,  que la patraña de hacernos creer que vendió su alma al diablo para convertirse en el mejor guitarrista del mundo mundial no fue más que una maniobra de distracción para ocultarnos la realidad y preservar su arcano, desde entonces sólo transmitido secretamente entre  músicos privilegiados que,  en un proselitismo endogámico,  lo custodian celosamente para compartirlo exclusivamente  entre una selecta raza de músicos. 

A ver si va a resultar que el éxito de los   Johnson, Lenon, Bonamassa,  Clapton,  Richards, etc…   no tiene que ver tanto con su talento innato,  ni con las horas y  horas de estudio y de práctica con su instrumento,  sino que tiene un origen mucho más prosaico, que no es otro que ponerse ciegos de patatas bravas antes de cada concierto…

sábado, 27 de enero de 2018

Guitarristas del siglo XXI. El arcano de "nuestro" sonido.


Sirva este texto más de desahogo que de consulta, pues las soluciones que se os acudan, amigos guitarristas,  a buen seguro las habré ya calibrado, que esto de la guitarra eléctrica,  si bien tiene su miga,  tampoco es física cuántica,  pero lo cierto es que, una vez más, mis expectativas de sonar de fábula con poco peso  se han ido al garete.  Advertir a mis queridos reincidentes  -si es que aún queda alguno después de estos casi cinco años de ausencia-  que este texto va a ser largo.   Así que, a menos que estén ustedes interesados o sientan curiosidad por la enrevesada mente de los guitarristas y  los problemas que nos buscamos en pos de ese arcano al que llamamos “nuestro propio sonido”,   casi mejor que dejen de leer, porque a buen seguro les va a resultar una lectura tediosa, aburrida y, en todo caso,  absolutamente carente de utilidad.

El fin inicial de este texto era el de ser enviado a un hilo concreto de un foro de guitarristas, donde llevo semanas dando el coñazo para obtener el ya citado arcano merced a un nuevo aparatito que acabo de adquirir,  pero aprovechando el tránsito vallisoletano del Pisuerga, al que se le añade la circunstancia de que durante unas semanas voy a estar más ocioso que de costumbre, he decidido retomar por un día –quién sabe si con continuidad- la actividad de publicar  un nuevo artículo en mi blog, cosa que no sucedía desde el 5 de febrero de 2013, cuando publiqué lo que los guitarristas llamamos una “review”, obviamente de una guitarra que acababa de adquirir.  Después de aquella han llegado a casa seis más, así se hacen ustedes una idea de  lo enfermos estamos la mayoría de guitarristas…   Incluso,  como es mi caso,  los  aprendices de guitarrista.

A lo que iba…  Como uno ya va teniendo una edad, hace años que anda en busca del arca perdida del guitarrista que pasa de los cincuenta… Un equipo que no pese y con el que sonar como el mismísimo Knopfler, que no en vano la prensa especializada, ahora  amplificada por las  redes sociales,   nos envían cantos de sirena a modo de artículos y vídeos con emuladores, pedaleras, microamplificadores…  que suenan a gloria bendita  y pesan nada y menos,  y  así, un servidor se ha pasado de los pedales a los multiefectos y viceversa como tres veces en los últimos tres años,  y a día de hoy sigo sin encontrar “mi” sonido. Rectifico…  Digamos que sigo sin encontrar una solución para sonar lo más parecido a mi sonido ideal , y sin cargar con un amplificador de válvulas de veintitantos kilos,  más unos cuantos  pedales  de efectos que también pesan lo suyo.

Así han pasado por mi vida reciente un ZT LunchBox  de menos de seis kilos, una TC Electronic de menos de cinco,  un pedal DI que prometía el oro y el mauro (eufemismo políticamente correcto)  al enchufarse directo a la mesa de mezclas….   Pero nada suena tan bien como lo hace mi amplificador de válvulas de toda la vida,  aliñado –eso sí-   con algún que otro pedal.

Y así uno se compra el nuevo emulador del que todo el mundo habla, se lee  un manual en inglés porque en español no saldrá hasta dentro de diez días, cientos de páginas de siete u ocho foros distintos donde otros guitarristas, más afortunados que tú, ya han dado con  “su sonido”  y  pueden salir de bolo hasta en moto:   un micro ampli o un emulador en una bolsa o  en la maleta de la moto,  la guitarra colgada en bandolera y  listos.     

¡Y una míerda!  Acento en la “í” para convertir la palabra en esdrújula y enfatizar así el cabreo….    Eso de llegar y besar el santo no funciona casi nunca en el mundo de la guitarra eléctrica,  pero el guitarrista  no se quiere dar cuenta y sigue a la suya. 

Y es que uno descubre que para sonar de fábula con ese nuevo emulador hace falta, además, una PA auto amplificada, una caja DI con salida XLR que balancee la señal, un cable libre de oxígeno con conexiones de oro...   Así que, todo sea por ahorrarse los veintitantos  kilos de peso del amplificador, uno se compra una PA que pesa quince  (da igual que  el emulador pese tres, o  cuatro, o cinco… )  y  de paso, renueva todos los cables, que ya tienen unos años.

Después de horas demás lecturas  (prueben a traducir del alemán con Google, es divertidísimo)  más pruebas, ajustes en la PA auto amplificada, en la mesa de mezclas,  quizás esos cables, a ver  esos cables más caros…  Uno consigue que el chisme suene de vicio…   ¡Knopfler, majete… escucha y aprende!     Tanto  presume uno de su éxito que hasta su amigo se agencia uno igual…   Y no contentos con eso, los dos  compran en una página especializada unos paquetes de “presets” que son  la quinta esencia i  que incluyen IR  (cosas raras de guitarristas) que funcionan de lo más… 

Y llega el día del ensayo donde uno va a mostrar al mundo qué bien se puede sonar con un trasto de estos…  No va en moto al ensayo porque llueve, pero bien podría, porque ni abulta, ni pesa…

Y a la hora de la verdad, a volumen de ensayo,  el chisme no suena como en casa ni de coña y después de tocar todos los botoncitos de la mesa de mezclas y del aparatito,  acabas enchufado  a  un amplificador,  como siempre….     Y  más frustrado que el pulpo del garaje en su primer día  -antes de acostumbrarse a una vida lánguida rodeado de  hormigón, gases de escape, manchas de grasa y polvorientos vehículos estacionados-   y con la sensación de haber hecho el canelo una vez más.   Cuando le dices a Julio, el maese de la sala de ensayo que –dicho sea de paso, tiene más paciencia que un santo-   que hoy has tenido problemas con el sonido va y te suelta “colega…  que llevas teniendo problemas de sonido desde que te conozco”.   Y lo verdaderamente fastidiado  del asunto es que es cierto.

Conclusiones:

  • Como dice mi amigo Jordi , alias Smooby,   en casa y enchufado a un POD  (pon la marca que quieras) todo suena bien. El mérito está en sonar bien a toda castaña.
  • Puñetero Miguel Ríos, qué razón tenías cuando lo de “siento que el equipo aquel nunca suena igual, qué misterio habrá”.
  •     Sólo tu amplificador suena tan bien como tu amplificador. Y si tienes que acabar ajustando la ecualización de tu emulador en cada sala a la    que vas y para ello necesitas el ordenador… Menudo ahorro de peso…

Y una reflexión que quizás los guitarristas aficionados debiéramos hacernos.  Un buen amplificador  de válvulas puede durarte toda la vida.  Lo mismo que una buena guitarra e incluso unos buenos  pedales analógicos.   ¿De qué va a vivir la industria de los instrumentos musicales si no nos convencen de que ese último invento mejora increíblemente todo lo existente hasta la fecha?

En resumen…  Que es evidente que con la tecnología actual se puede sonar estupendamente, tenemos miles de ejemplos que vemos todos los días,  y que,  por mucho que un servidor no se vaya a dar por vencido y  siga leyendo, preguntando, probando, cambiando configuraciones, ecualizaciones…   Y por mucho que, más tarde o más temprano, acabe sonando decentemente con su nuevo chisme, sabe a ciencia cierta que aquí no acaba la historia, que volverá a su amplificador,  pero más adelante alguien le hablará  de un nuevo aparato que, ésta vez sí, es definitivamente el hallazgo de  nuestra arca perdida.   Ese arcano oculto  que, por fin, ahora sí está a nuestro alcance y que nos hará sonar como realmente queremos, y, por supuestísimo,  con  poco peso y menos bulto. 

Ese arcano que, evidentemente, no existe. Si acaso en nuestra imaginación. Porque los guitarristas del siglo XXI, asumámoslo ya de una puñetera vez, estamos cargados de puñetas.   

martes, 5 de febrero de 2013

Reveiew: Fender Modern Player Telecaster Plus

Artículo publicado en  guitarristas.info el 5 de febrero de 2013


Desde China con amor (a las ventas)
Los ortodoxos de las Telecaster no dudarán en tildar de “engendro” esta nueva Fender,  y no sólo por la supuesta atrocidad de colocarle una humbucker en el puente, ni por añadirle, además,  una single coil Strat en el medio, como si se tratara de una Stratocaster. Es que además la gente de de Fender se ha atrevido a colocar un split entre el pote de tono y el de volumen, le han rebanado el lomo por detrás para mejorar su ergonomía y,  por si fuera poco lo anterior,  han enviado la producción de este artilugio a China. ¿Os escandaliza?  A un servidor no. Os cuento el porqué.

Nuestros teléfonos de primerísimas marcas y última generación, nuestros espectaculares televisores LED con tecnología 3d, y,  en definitiva,  la mayoría de cachivaches electrónicos llevan ya años produciéndose en China. A nadie parece interesarle  dónde se ha fabricado su smart phone,  su cámara de fotos o  incluso su sofisticado ordenador personal, pero los guitarristas todavía padecemos  -además de la consabida marquitis- lo que podríamos denominar americanitis y japonesitis, enfermedades que consisten en cierta inquietud que nos asalta cuando no encontramos la inscripción “Made in USA” o “Made in Japan” en el mástil de nuestra guitarra. Nos da cierto repelús el  Made in Korea, cierto telele el ”Made in Indonesia” y un tabardillo en toda regla si observamos un “Made in China”.

Rompiendo tópicos los chinos son chinos, pero no son tontos, con lo cual son perfectamente capaces de fabricar guitarras de primer nivel. Como todo en la vida es cuestión de dinero y de cuánto están dispuestas a pagar las marcas a las factorías chinas para que produzcan sus guitarras.  Cuanto más dinero pongan sobre la mesa, mejor calidad de componentes y mejor control de calidad.  Marcas como Ibanez (con sus llamativas Fireman,  entre otras),o  Läg (con sus Jet Series) y ahora Fender  han demostrado que se pueden producir guitarras de calidad en China y, evidentemente, a un precio  mucho más competitivo.


Con perdón de la ortodoxia.
Voy a dedicar a mi paisano y colega  Esteban Piera esta review. Más que nada porque es probable que me retire la palabra. Él, un telecasterólogo de pro, casi me atiza cuando le apunté la posibilidad de adquirir esta Modern Player.  “Con ese puente y esas pastillas te cargas casi todo el twang”, me respondía.  Pues no digo yo que no, pero no es menos cierto que se la puede hacer sonar casi, casi,  como a una Telecaster en alguna de sus posiciones, y eso pese a sus “aberraciones”. A saber: Dispone de un puente a medio camino entre el clásico en las Teles y el típico Vintage de las Strato, con la salvedad de que es fijo y, por tanto, carece de trémolo, pero en vez de disponer de tres silletas como las Tele, monta seis como las Strato, o como los puentes Gotoh para Telecaster.  La ausencia de trémolo hace el que puente repose directamente sobre la madera, lo que, al menos en teoría, debiera redundar en un buen sustain.

La siguiente “aberración” consiste en  la electrónica: una humbucker en el puente, una Strat Single Coil en el centro  -combinada con un selector de cinco posiciones y un split coil-  y el guiño a la Telecaster de toda la vida lo tenemos en el mástil, donde nos han colocado  una  Tele Single Coil, alias Lipstick.   Lo que para los ortodoxos es una auténtica herejía, para los que sólo somos Fenderadictos, e incluso para los Stratomaníacos puede ser la oportunidad de hacerse con una Telecaster sin perder el clásico sonido Strat de las posiciones 2 y 4, conservando el sonido “casi” Telecaster en las posiciones 1 (evidentemente, seleccionando la posición single coil con el interruptor) y 5, que corresponderían a la 1 y 3 en una Telecaster clásica.
































Varias de las "aberraciones" juntas. Split coil, humbucker y  pastilla central.


Habrá algún lector avispado, que ya haya leído algún artículo sobre la Modern Player, que se esté diciendo  “se olvida de otra aberración: esa Telecaster tiene el cuerpo de pino en vez del consabido fresno”, y a ese lector avispado le responderemos que bueno…  que –pareado al canto- lo del pino no es cosa del chino, que don Leo Fender utilizó pino para el cuerpo de algunas de sus primeras Esquire (no confundir con las actuales Squier)  guitarra que,  como sabéis,  fue la precursora de la actual Telecaster. Corría el año 1950 y el señor Fender andaba buscando una forma de cuerpo sólido de guitarra que fuese compatible con una cadena de montaje. Así nacieron las Esquire que poco después darían paso al mito Telecaster.


La Modern Player Telecaster Plus también se distingue del stándard de Telecaster en el rebaje de la parte superior trasera del cuerpo, al más puro estilo Stratocaster,   sirve –además de para que podamos acomodar la panza cuando tocamos sentados- para rebajarle unos gramos de peso a una guitarra ya de por sí pesada. Más que una Strato como de aquí a Lima  (o como de allí a Barcelona para los lectores peruanos).





Los cuartos traseros donde apreciamos el rebaje "a lo Stratocaster".


¿A quién va dirigida esta Telecaster?
Evidentemente los puristas de la Telecaster de toda la vida van a encontrar esta guitarra, siendo benévolos y bien hablados, rarita. Si bien es cierto que su versatilidad la puede hacer sonar casi como una Tele, o casi como una Strato, o casi como una Superstrato,  no es una Telecaster  stricto sensu, como no es una Strato ni, mucho menos,  una Superstrat, pero se asemeja a todas ellas si sabemos jugar con las posibilidades que nos da su electrónica, que no son pocas.

A los que anden buscando una guitarra con limpios a lo Strato pero con ese plus de fuerza que da una humbucker, les vendrá como anillo al dedo. Los que, como un servidor, toquéis en una banda de versiones o en una orquesta, esta guitarra dispone de la versatilidad necesaria para no tener que ir cambiando de guitarra cada dos por tres.  Enchufada en un Fender a válvulas se siente en su salsa y proporciona unos limpios increíbles para una guitarra que no llega a los 500 euros. Convenientemente vitaminada con pedales, da para casi todo. De la misma manera que en un Marshall y  tirando de  Humbucker, nos deja movernos con soltura incluso más allá de los dominios de Angus o Slash.

Para uso profesional, o si estás acostumbrado a las Custom Shop, no olvides que se trata de una guitarra de gama media. Sus acabados son superiores a muchas guitarras de mayor precio, pero no sería honesto compararla con guitarras que cuestan diez veces más. En su rango de precios, es casi de lo mejorcito que se puede encontrar en el mercado, pero no deja de ser una guitarra económica.   Si atendemos a su precio,  debiéramos situarla  justo por encima de las gamas más altas de Squire, y  a la altura de las gamas estándar mexicanas, de precio muy similar,  aunque en mi opinión estas Modern Player  superan en acabados a sus primas mexicanas. A nivel de materiales de construcción diría que andan muy a la par.




Ya en su rincón, con su prima Stratocaster.


Ficha técnica

- Cuerpo: Pino.

- Mástil: Arce barnizado. Atornillado al cuerpo.

- Diapasón: Arce barnizado.

- Configuración de Pastillas:  HSS: Modern humbucker Player en puente. Single   Coil Strat en el centro y Tele Single Coil (Lipstick)       en mástil.

- N º de trastes: 22.

- Longitud de la escala: 25,5.

- País de Origen: China.

- Hardware: Afinadores tipo vintage. Puente fijo en cromo de seis silletas.

- Golpeador: Sintético de 3  capas: negro, blanco, negro.

- Selector:  5 posiciones con split para el humbucker. 1 tono y 1 volumen.

- Espaciado de cuerdas: 52.

- Cejuela: Hueso sintético de 42 mm.

- Radio 241 mm (9,5 pulgadas)

- Longitud de la escala (mm) 648.

- Acabados:  Honey burst (como la de la prueba)  o Carbón vegetal transparente.





Logo "Spaghetti" y típica pala Telecaster. El barnizado  es excelente.



Lo mejor

- Relación calidad precio.
- Sonido. Suena francamente bien en todas sus posiciones.
- Versatilidad. Sirve para casi todo.
- Acabados. Barnizado de calidad. Trasteado esmeradísimo.
- Mástil. Es un tipo “C” precioso. Además es delgadito, suave y delicioso.


Lo peor
- La guitarra viene “pelada”.  Ni estuche, ni llaves allen, ni cable…  Nada de nada. Ya que no dan ni funda ya podrían regalar la cinta, que al menos te la puedas llevar colgada.
- Interruptor split. No se han devanado los sesos y han colocado un mini interruptor para convertir la humbucker en single que rompe la estética y es poco práctico. Un push coil en un potenciómetro, similar al pulsador S-1 de las Deluxe hubiese sido más discreto y más fácil de utilizar.
- Peso: Si te quieres pegar tres horas de concierto con esta guitarra colgada, ya puedes ir apuntándote a un gimnasio a hacer dorsales, deltoides y trapecios o acabarás deslomado en la primera sesión.
- Desnaturalización.  Como hemos apuntado, tiene poco de Telecaster.  Si bien consideramos como un punto a favor su versatilidad,  los puristas la van a ver  como un engendro plagado de aberraciones.







Es bonita la puñetera.  Sirve hasta como objeto de decoración junto a la chimenea.


Test de sonido

Aquí os dejo un pequeño vídeo donde he intentado pasar por todas las posibilidades que ofrecen las pastillas.
He utlizado la simulacion Small Combo del VAmp2 (que como sabéis simula al Tweed Champ de los 60) en los  tramos limpios, al que he añadido algo de overdrive en algunos pasajes.  Hacia el final, con la Humbucker,  he utilizado la simulación Rectified Hi Gain.







Y aquí otro vídeo con un tipo que toca de veras y que  hace muchísima más justicia a la guitarra.





Muchas gracias por acompañarme hasta el final. Espero que la review os haya resultado entretenida. Nos vemos pronto.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Overdrive de low cost II. Review Joyo Vintage Overdrive


Acometemos una nueva review de un pedal de los considerados “low cost”. Como continuación de la serie que iniciara con el  Behringer TO-800, considerado clon del Ibanez Ts 08 Tubescreamer, nos ocupa hoy el Joyo Vintage Overdrive,  pedal al que se le atribuye ser clon del  TS 9 Tubescreamer, overdrive por antonomasia y vinculado al mundo del Rock and Roll de estos últimos treinta años.



         Ibanez TS9 Tubescreamer

Como cada vez que se trata el tema del  low cost, vamos a encontrar a partes iguales detractores y defensores. Nos ocurre lo mismo con las guitarras, incluso con los billetes de avión.  El low cost tiene su público, como lo tiene la primera clase. El quid de la cuestión reside en descubrir hasta qué punto el low cost  nos permite sustituir, o al menos suplir,  la premiere class. Doctos hay en la Iglesia, con doctas y sabias opiniones, pero en el caso de este pedal, no son pocos  los que afirman que la astilla es, al menos, tan buena como el palo. Otros más atrevidos,como el guitarrista macedonio Jovan Milosevski,  van más allá y se atreven a afirmar que este Joyo sin duda supera al  actual TS 9 de Ibanez.

Ruego a mis queridos reincidentes en esto de las reviews, que cuando en ésta lean “Joyo Vintage Overdrive”, entiendan que también me refiero al  “Harley Benton Vintage Overdrive”.  Es el mismo pedal, que tiene una u otra marca dependiendo de  si lo comercializa directamente Joyo, o bien si lo hace a través de esa tienda on line alemana que todos conocemos. Algunas unidades Harley Benton -como la que hemos utilizado para esta prueba- han venido desde Alemania con la hoja de instrucciones de un Joyo.


Por si alguien tenía alguna duda sobre si eran el mismo producto.

¿Papá,  qué es un Tubescreamer?

Si tuviésemos que contarle a un profano qué es un Tubescreamer quizás no nos resultase fácil. Si nuestro interlocutor no entendiese de música,  podríamos decirle que es como el azúcar de una tarta,  la sal de un guiso, el hielo en el güisqui. Algo intrínseco en la receta sin lo cual puede existir el producto, aunque sin alma. Eso sería la música sin el Tubescreamer.  Si estamos más prosaicos y poco imaginativos o, simplemente, no nos apetece complicarnos la vida, siempre podemos tirar de Wikipedia.
"El Ibanez Tube Screamer es un pedal de saturación (overdrive) producido por Ibanez. Su nombre tiene origen en el sonido que produce, muy parecido al de un amplificador de válvulas utilizado a alto volumen. El sonido de este pedal se distingue de la mayoría por comprimir la onda de sonido con muy poca pérdida de la señal original (creando un sonido generalmente asociado a ciertos tipos de blues). Este pedal puede utilizarse con un amplificador de transistores para imitar el sonido típico de los viejos amplificadores de válvulas, aunque muchos guitarristas prefieren utilizarlo en un amplificador a válvulas para llevar las válvulas de preamplificación a un estado de saturación. El sonido clásico de un Tube Screamer acentúa las frecuencias medias (entre bajos y agudos) mediante un circuito. Muchos guitarristas prefieren este tipo de ecualización ya que ayuda a evitar que su sonido se pierda en la mezcla de la banda."  (Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ibanez_Tube_Screamer)
Aunque también podemos describir el Tubescreamer de forma más sencilla: empleando algunos nombres propios: Santana, Steve Ray Vaughan, Joe Bonamassa…  Eso es un Tubescreamer.

Entrando en materia

Hasta ahora, para situarnos,  hemos hablado del palo. Le llega la hora a su astilla, a la oveja Dolly hecha pedal, al clónico, al Joyo Vintage Overdrive.  Un servidor, en su afán de ahorrarse los ciento y pico euros que cuestan los Tubescreamer pata negra, ha tenido siempre interés en probar  diversas  alternativas más económicas al Ibanez Tubescreamer. También es cierto que con lo que me he gastado en clones ya casi tendría el auténtico, pero … ¿y lo que nos hemos divertido por el camino?  Como ya sabéis,  para este mismo portal hemos catado el Behringer TO 800  y el Boss SD1 Super Overdrive y, sinceramente, las diferencias entre todos ellos son poco relevantes para uso  en directo, y del todo irrelevantes para uso doméstico. Así, que si convenimos en que alguno de ellos pudiera competir con el genuino, todos ellos debieran poder hacerlo.  ¿Es esa afirmación cierta? Pues como diría un gallego, depende:  algunas veces sí y algunas veces no.  Si dejamos al margen al  Boss, del que diríamos que tiene entidad propia por aquello de la solera de su marca, y al que más que clon se le debiera considerar como el intento de Boss/Roland de crear su propio Tubescreamer allá por los ochenta , las  marcas digamos “blancas”, Harley Benton, Behringer o Joyo hacen una apuesta similar por su clónico, si bien de la comparación entre éstas, el Joyo/Harley sale mejor parado merced a su construcción, no tanto a su sonido. Luego abundaremos en el tema.
El Joyo es un Overdrive al uso. Es True by pas, funciona a 9v, bien con una pila o bien con adaptador de corriente DC a 9v. Pesa 290 gramos y está construido en aluminio.
Todo el mundo coincide en afirmar que el secreto de este Joyo es su chip, el JRC 4588, el mismo integrado que montaban los TS9 en sus orígenes,  y con el que este Joyo consigue un tono que algunos describen como “muy similar” al mítico TS9 y otros como “relamente clavado”.  En palabras de Milosevski, el Ibanez TS9 que fabrican en la actualidad no consigue  asemejarse a aquellos primeros Tubescreamer de los ochenta tanto como lo hace este Joyo. Poco más se puede decir.

Presentando al Joyo



Igual que el genuino, el Joyo dispone de tres potenciómetros.  Los típicos de “drive”, “tone” y  “volume”.

Drive: Al mínimo apenas afecta al sonido de la guitarra, lo que permite su utilización como booster neutro. Alrededor de las 9 nos da ese color cálido que se torna en rugoso a las 12, próximo al crunch a las 3 y roza la distorsión ruda a las 5, especialmente en su uso con humbuckers. No afecta demasiado al volumen de la guitarra, cosa poco frecuente en pedales de aumento de ganancia. Con buen criterio, la gente de Joyo ha considerado que para eso está el botón de volumen.
Tone:  A la izquierda nos elimina frecuencias agudas y nos las va dando, muy poco a poco, a medida que giramos el potenciómetro a la derecha.  Para igualar el tono que tenemos sin el pedal hemos de irnos casi hasta las dos. A las cinco nos da un extra de agudos sin que se dispare en exceso el ruido.
Volume: Este pedal nos puede llegar a proporcionar un extra de volumen considerable. Para mantener el volumen de la guitarra no debemos pasarlo de las 11. De ahí en adelante nos aumentará el volumen bastante y lo hará de una forma progresiva. Eso lo hace muy efectivo como booster neutro, o como booster con extra de ganancia para solos,  si lo acompañamos del  “drive” necesario.
Como todo overdrive, este Joyo lo podemos utilizar en tres registros diferentes.
1) Overdrive clásico: En el canal limpio de nuestro amplificador, nos va a dar ese tono cremoso de las válvulas calentitas cuando están rompiendo.  Ese sonido áspero y  rasposo que tanto nos gusta.
2) Empujando el canal saturado: Vitaminas para las válvulas. Añadirle el Joyo al canal saturado del ampli nos proporciona tonos que podemos usar en todos los palos del rock y llevarlos incluso hasta el Heavy o Metal civilizado. Ahí también le podemos sacar sonidos para solear al estilo de Santana o incluso Bonamassa.  Con el canal saturado, el  drive a las  12, una pizca de reverb  y un puntito de delay obtenemos un tonillo delicioso, de ese que enamoraba a las mozas en las verbenas cuando un servidor tenía melena.
3) Booster: Vitamina para los solos. Con el drive abajo del todo y con el volumen arriba, nos aumenta el volumen sin apenas colorearnos el sonido, lo que lo hace ideal para meter un solo cuando no queramos alterar la textura del tono pero sí que se nos escuche más alto.  Saturar un poquito más lo ya saturado,  aumentando a la vez el volumen es otro de los buenos usos que se le puede dar a este pedal. Particularmente, a mí me gusta añadirle un plus de gain a los solos. Alarga más la nota, añade sustain extra y facilita enormemente técnicas como el tapping o el  sweep picking, pues el alargamiento de la nota y el aumento del sustain nos permite prescindir de algunas pulsaciones de púa sin que se note en exceso.  Este overdrive se lleva muy bien con otros overdrives e incluso con distorsionadores. Jugando con los controles de uno y otro nos permitirá conseguir sonidos muy logrados.

Conclusiones

Frente  a sus competidores el Joyo se muestra valiente y no se amedrenta. Al Behringer le saca diferencias en construcción y robustez. A su vez, tiene algo más de volumen y es algo menos ruidoso.  Al Boss le gana en limpieza.  Es algo menos rugoso que el SD1, aunque eso es precisamente lo que gusta del  Boss a mucha gente, que es un  Tubescreamer cañero.
Si en la review del  Behringer TO 800 conveníamos en que era un pedal que cumplía bien para uso doméstico pero que se amorraba ante las multitudes de un concierto, entrándole miedo escénico y tornándose ruidoso a altos volúmenes,  este  Joyo  viene de  China curado de espantos y le da igual dónde lo metas.  Es como las buenas Les Paul, que no importa  dónde las enchufes, que suenan bien siempre.  Tanto a volumen doméstico como en concierto el Joyo se comporta bien.  Evidentemente con todos los potes hasta el fondo mete algo de ruido, pero menos que muchos pedales de marcas consagradas. Además, si debes trabajar con el drive a fondo  quizás no necesites un overdrive, si no una buena distorsión.  Si nos esforzamos en buscarle un pero, este overdrive peca de lo que a casi todos,  que aplana algo la señal y nos quita graves, nada que no se pueda compensar desde el amplificador o desde otros pedales con control independiente sobre los graves.
El Joyo respeta muchísimo el tono de la guitarra incluso con el drive casi a fondo. No nos costará identificar si lo que suena es una single coil o una humbucker.
Es sorprendentemente poco ruidoso. Si os fijáis en el primer vídeo que os adjunto, al comparar el  Joyo con el  Tubescreamer virtual que incluye el Amplitube, comprobaréis como el  Joyo es mucho más silencioso que su “primo” virtual.
En definitiva. ¿Es comparable este Joyo al  Tubescreamer?  Insisto en la respuesta: Depende.  Muchos dirán que sí y otros muchos dirán que no.  Lo que sí es cierto, y quizás sea un detalle a tener en cuenta, es que todos hemos escuchado a compañeros guitarristas criticar a los clones en general y a éste en particular, mientras que casi nadie se atreve a criticar un Ibanez Tubescreamer más allá de su precio.
Toda review es subjetiva, así que ahora os dejo un dato, que pocas cosas son  más objetivas que los datos:
Precio del Ibanez TS 9: 136 Euros.
Precio del  Joyo/Harley Benton: 29 Euros.
A partir de ahí los doctos y no tan doctos decidirán,  y probablemente acertarán en la compra. Elijan uno o elijan otro.


Lo mejor:

-          Relación calidad precio.
-          Construcción sólida y robusta.
-          True by pass.
-          Poco ruidoso.
-          Calidez del sonido.
-          Neutralidad. Respeta muchísimo el sonido de la guitarra.
-          Luminosidad del led. Se ve bien a plena luz del día. Ideal para matinales rockeras en exteriores.

Lo peor
-          Aplana un poco la señal
-          Poca disponibilidad en tiendas físicas.
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Y hemos dejado ahí arriba un par de espacios  en blanco,  por si los detractores de este tipo de pedales  quieren agregar algo en el epígrafe "lo peor".  A un servidor, después de más de un año dándole berza al Joyo, no se le ocurre nada más que añadir.  Bueno, sí…  durante la prueba se desprendió el capuchón metálico del interruptor tal y como se ve en la foto. No está mal para toda la tralla que ha llevado desde que lo compré. En cualquier caso, ojalá todas las averías fueran cono ésta, que se soluciona con una gotita de cianocrilato.


Nos vemos próximamente en la review del  Joyo Ultimate Drive.

Vídeos y pruebas de sonido.

Aquí algunos unos vídeos.  Fijaos en el detalle del vídeo en el que lo comparamos con el “clon digital” del tubescreamer del Amplitube. Clavadito del todo.