miércoles, 26 de diciembre de 2007

Ordenadores.

Artículo publicado en "O Desván" en septiembre de 2007

Es de imaginar que a estas alturas todos ustedes tendrán ordenador. Un servidor, aunque no se lo crean, se ha resistido a estas maquinitas cuanto ha podido, que no ha sido poco.

En cualquier caso, si usted, mi querido reincidente, aún no lo tiene, si le preguntan, diga siempre que sí. Un servidor no tenía y, cuando la gente le hacía la pregunta, siempre respondía “pues claro, no voy a tener…” porque, la verdad, ya sentía hasta un poco de vergüenza. Porque hoy en día no tener ordenador es casi peor que no tener DNI.

Hasta que la pregunta me la vino a hacer ese cuñado enterao que hay en todas las familias, y, por aquello de la confianza, servidor fue sincero:

- Pues no, tío. No tengo ordenador.

- ¿Que no tienes ordenador? ¿Y cómo puedes vivir sin ordenador? ¡Si se necesita para todo! Y la de tías buenas que se ven en Internet. Todas las famosas salen en bolas en la red.

- ¿Todas? ¿De verdad? ¿La Patricia Conde también?

- Ésa la que más. Lo menos hay 1000 sitios web con la Patricia Conde en cueros.

Y sin que la perspectiva de ver a Patricia Conde fuera exclusivamente lo que movió a un servidor a dar el paso, lo cierto es que aquella misma tarde agarró su coche y se presentó en la tienda de informática donde sabía que trabajaba un amiguete, por aquello de ser atendido por alguien de confianza y que no le diera gato por liebre.

- Javi ya no trabaja aquí. Creo que anda por Cuenca metido en algo de publicidad – es la respuesta de un tío alto, con bata blanca, gafas de culo de vaso y mal afeitado. ¿Se han fijado ustedes que todos los que venden ordenadores van mal afeitados?

-¿Y para qué necesita usted el ordenador? ¿Qué fin piensa usted darle?

Y para que no vaya a pensar el mal afeitado que es para ver desnuda a la Conde, un servidor le suelta lo primero que se le pasa por la cabeza.

- Me dedico al diseño gráfico industrial.

El de la bata asiente, se da la vuelta, y le indica un ordenador señalándolo.

-¿Qué le parece éste?

Y un servidor, que lo ve igual que el resto pero que no quiere quedar como el ignorante que es le contesta:

-Hombre, sí es cuco, sí…. pero… ¿no lo tiene en otro color? Un azul metalizado... o un bermellón tornasolado...

-El color no es lo importante -le dice el de la bata blanca- Lo importante es la placa madre.

- Ah, sí, claro… la placa madre. – Y piensa usted para sus adentros: ¿Habrá placas hijas? O, mucho peor, ¿Habrá placas suegra?- Y le apunta: Pues póngame una placa madre que esté buena, si eso...

- Para diseño gráfico necesita también un buen procesador y mucha RAM

- ¿RAM? Sí, claro… RAM, igual que la leche. Me pone un procesador con mucha RAM condensada de ésa. Toda la que haga falta.

Y, satisfecho, ve cómo el de la bata blanca, comprobando que usted es un auténtico experto, pone cara de hastío porque le fastidia no poder vacilarle con su asquerosa superioridad técnica, y le pregunta a traición:

- ¿Módem o rúter? ¿Externo o interno? ¿O dispone usted de WiFi en casa?

- Si, claro. Menudo güifi tengo yo... Un güifi de la leche que tengo, oiga…

- Bien. ¿La tarjeta de sonido la quiere integrada en la mainboard, o la prefiere independiente en uno de los slots libres?

- Pues no sé… a juego con mi güifi, ¿no?

-¿Altavoces?

-¡Ep! Quieto parao. Que de eso sí entiendo. Me ponga unos de 8 Omhs, tres vías, con sub woofer, doble cono, membrana de resina sintética, núcleo de titanio y la caja en madera de nogal persa.

¿Y saben qué? Que de ésos, para ordenador, no hay.

-Que esto es un PC, jefe, y no un equipo HIFI. Llévese éstos que salen muy bien. ¿El mouse, cómo lo quiere?

Y usted sonríe de nuevo porque eso lo conoce. Es el ratón, que ha visto mil veces al del banco moverlo así para arriba y para abajo sobre una tablilla verde, pero el discurso del de la bata blanca le agua la fiesta y la sonrisa:

-¿Con cable o por infrarrojos? ¿Óptico o de bola? ¿De dos o tres botones? Yo le recomiendo éste con scroll, que es muy cómodo para navegar.

- Pues no quiero ése, ¡ea! –se reivindica usted con aquello de que el que paga manda- póngame mejor el amarillo fluorescente, que me pega más con las cortinas.

-¿Impresora láser o de inyección de tinta? ¿O prefiere una multifunción con scanner y fotocopiadora? Ésta la tengo en oferta y hace unas fotocopias a 1000 ppp.

-¿Sólo a 1000? –pregunta usted mientras se devana los sesos interrogándose sobre qué narices serán los ppp- No las tienen con más pes de ésas?

- Bueno, es que está de oferta, pero si quiere calidad extra tengo un ploter profesional que…

- No, quite, quite, está bien ésa que hacer fotocopias mil. Además me gusta eso que lleva ahí encima que parece una cámara de fotos.

- Es que es una cámara de fotos, y no va incluida en el precio.

- Ya, ya –un poco abochornado- era broma, para ver si usted estaba pendiente.

- Si va a utilizarlo para diseño gráfico, necesita un monitor de 21 pulgadas, como mínimo.

- Eso que parece una tele pero más chiquita, ¿no?

- Exactamente.

- Pues nada, póngala. ¿Se enchufa a la antena, como la tele?

- Si quiere sí. Dispone de conector RCA y RF, amén del Firewire y del USB. ¿Alguna cosa más?

- Pues creo que no.

- Pues ya está. Serán 1800 euros. El mouse no se lo cobro porque con ese color tan chillón nadie lo quiere y lleva ahí, en exposición, desde que abrimos la tienda. ¿Me va a pagar en efectivo o con tarjeta?

Y sale uno con un pedazo de caja, topándose con todas las puertas y con algún que otro peatón y al llegar al coche observa que la caja no entra por la boca del maletero y que tiene que abrirla y sacar de ella las diferentes partes del ordenador que, después del dineral que ha pagado, le trae cuenta colocar todas las piezas con mimo y delicadeza en el maletero, intentando que no se golpeen –ni siquiera que se rocen- entre sí.

En casa –olvidada la caja vacía en el aparcamiento- toca dar tres viajes. Uno con la CPU, otra con la televisión chica y otra con el resto, y con todo desparramado en el suelo de la habitación mira un servidor el plano que le ha hecho el mal afeitado e inicia el ensamblaje. Parece fácil: el cable rojo en el enchufe rojo, el teclado en el enchufe donde hay un teclado dibujado, el mouse amarillo chillón, donde se ve el dibujito de un mouse (aunque el del dibujito es del color del arroz vaporizado, pero debe dar igual) y el enchufe cuadradito de los pinchos donde va dibujada la tele chiquita –monitor, le llama el mal afeitado, para que vean si es cursi- y el único que queda ha de ser por fuerza el de la impresora / fotocopiadora / scanner y quién sabe si también cajero automático.

Y pulsando sobre el botoncito rotulado con la palabra power se desencadena el milagro:

* Espere mientras Windows inicia su sistema.

Y espero.

* El disco no es de sistema o está dañado. Sustitúyalo y pulse una tecla.

Y no queda más remedio que rellamar al mal afeitado:

-Oiga, que me dice un tal Windows no sé qué de un disco y de un sistema.

- Eso es que dentro del lector de CD alguien se ha olvidado un disco.

- ¿Alguien? Habrá sido alguien de su tienda. ¿O es que mi ordenador salía a tomar un cafetito por las tardes?

- No, hombre, se lo habrán dejado al instalarle el software. Retírelo y verá como funciona perfectamente.

Y efectivamente. Eso de quitar el disco del lector es mano de santo y Windows ya se muestra con todo su esplendor en la tele chiquita.

Ahora a conectar a Internet. Es verdad. Tenía razón mi cuñado. Es todo muy fácil hay que darle con la flechita ésta que se gobierna moviendo el ratón -he de cambiarlo, que deslumbra un poco- a ese dibujito de una bola del mundo que lleva el cartelito de “Conectar a Internet”.

* Asistente de conexiones a Internet. Introduzca servidor, proveedor, DNS, Proxy o Cancelar.

Cancelar y al teléfono nuevamente con el mal afeitado.

- Claro que no funciona, ha de contratar un proveedor y luego instalar el software del rúter y configurarlo para cerrar los puertos, aunque antes debiera instalar un antivirus y un cortafuegos, y si va a manejar información importante, también un antiespías.

Y no tuvo un servidor más remedio que apuntarse a un cursillo de informática donde aprendió lo imprescindible para manejarse con estos trastos, pero eso de que el ordenador es la releche…. qué quieren que les diga…

Les dirán que en el ordenador se puede ver la tele. Y sí, se puede ver. Pero se ve mucho mejor en la tele de toda la vida.

O que se puede escuchar música. Y sí, se puede escuchar. Pero se escucha mucho mejor en el equipo de música de siempre

Que puede recibir mensajes de sus amigos de cualquier parte del mundo, y sí, es cierto, recibo algún que otro correo de mis amigos entre los miles de mensajes de correo basura en los que me invitan a participar en un casino que es el no va a más, o que pretenden venderme a diario comprimidos de Viagra genérica a 3 euros la unidad, o Rolex falsos a 60...

Por si fuera poco, cada dos por tres tengo el ordenador en casa del mal afeitado a que le mate los virus -que son bichitos que se cuelan en el ordenador y que lo descuajaringan todo- y cobra el tío 40 euros por matarlos. La próxima vez probaré a sulfatarlo.

Pero lo peor de todo no es eso. Lo peor es que las fotos de Patricia Conde desnuda que corren por Internet son todas falsas. No son más que un puñetero montaje.

Yahorasíqueleshededejar,porquecreoqueseharotolabarraespaciadora.

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