jueves, 17 de julio de 2008

Catalanofobia

Artículo publicado en Vistazo a la Prensa en julio de 2008


Me sorprende que el siempre servicial corrector que equipa el procesador de texto con el que, semana a semana, torturo a mis queridos reincidentes, desconozca la palabra catalanofobia, y que me la subraye en rojo como cuando a uno le baila una letra y escribe una uve donde debiera ir una ce, y le aparece escrito venutrio en vez de cenutrio; porque si algo tienen los chismes éstos de las nuevas tecnologías, es que se actualizan periódicamente, versión tras versión, con el noble fin de que no les pille en tanga la nueva aparición de vocablos y expresiones.

No se crean que es el único error del corrector en cuestión, que también se empeña en sustituir Losantos por Lozanitos cada vez que un servidor ha querido poner como un trapo en sus artículos al cáustico radiopredicador, valgan estos dos botones de muestra entre los muchos gazapos inducidos por el puñetero programa; pero el hecho de que tras la actualización del 2007, y después de las movidas contra el Estatut, del tradicional boicoteo del cava de todas las Navidades, después de que hayamos roto España trescientos trillones de veces, y después del último manifiesto por el castellano cortesía de El Mundo, algún empleado de Bill Gates bien pudiera chivarle al corrector del Word que la catalanofobia sí existe.

No les voy a repetir por cuarta o quinta vez lo de la ausencia total de conflictos idiomáticos en esta parte de la península, que los únicos que tienen problemas con el idioma son cierto tipo de guiri, de los que visitan Lloret y que, tras dos litros y medio de sangría de garrafa, no los entiende ni su puñetero padre; y que salvo excepciones puntuales –como las hay en toda regla- cualquiera puede hacer su vida con total normalidad en Cataluña sin conocer en absoluto alguna de sus dos lenguas oficiales, y, si me apuran, diría que incluso más fácil lo tendría quien sólo hablase castellano respecto a quien sólo supiese expresarse en catalán, pero, en cualquier caso, la voluntad de esta columna no es otra que recoger unas cuantas muestras que un servidor, que ya empieza a estar un poco harto de que cada vez que traspone el Ebro le suelten lo de “ Oye, que tú, para ser catalán, eres muy enrrollao, ¿eh?”, se ha ido encontrando estos días en la prensa que debieran contribuir, junto a los boicoteos varios y demás despropósitos por el estilo, para que en las próximas versiones del paquete del Office, el vocablo que titula este artículo no aparezca subrayado.

Alucinante es cierto documento informativo de TeleEspe –también conocida como Telemadrid- en el que una reportera -quizás incluso periodista- se pasea por las tierras del principado filmando los rótulos de algunos comercios mientras se escandaliza la susodicha de hallar carteles que anuncian “pa” donde se vende pan, o “gelats” donde se venden helados, como si el intelecto no le diera para deducir lo obvio, cuando no pone pero alguno a la infinidad de comercios que sirven café anunciándose como “cofee bar”, o en los que se bailotea anunciándose como ”boite”, o se tomen copas bajo el epígrafe y el rótulo de “pub”, o se sirven pizzas bajo el rótulo de “ristorante”, o se den a la escenificación de devaneos eróticos denominándose “peep-show”, y tantos y tantos comercios que se publicitan en idiomas que no son propios de nuestra cultura.

Del manifiesto, casi prefiero no hablarles en esta columna por merecer la iniciativa artículo aparte, aunque corre el peligro de que si dejo pasar unas pocas semanas se hayan borrado la mitad de los que lo suscribieron, que raro es el día en el que algún incauto ilustre reconoce haber firmado sin leer y que, una vez leído, y –sobre todo- visto el panorama y la intención, prefiere retirar la firma antes de que se le retire la coherencia, por mucho que habrá quien, al igual que ocurrió durante la recogida de firmas contra el Estatut, aparezca espontáneamente ante las cámaras de la televisión preguntando lo de “¿Dónde hay que firmar contra Cataluña?

Luego están los que aprovechan que el Pisuerga no pasa por Sevilla para soltar su caricia a los que vivimos entre el Ebro y los Pirineos cada vez que tiene ocasión, como mi -no obstante- admirado -que escribe con mucho arte el tío- Antonio Burgos, al que semana sí y semana también retiraría de mi blog por lo mucho que se mete con los catalanes, pero allí sigue desde el primer día porque lo cortés no quita lo valiente, que esta semana se queda a gustito de veras cuando, al querer poner de vuelta y media a la nueva “mujer del tiempo” de TVE, y entre otras lindezas dudando de su competencia y señalando su incapacidad, suelta que “ viene de un sitio de donde ni usted ni yo procedemos, de la TV3 Catalana, más bien Montillana".

A ver, que yo me aclare… que ahora resulta que esto de ser catalán está tan bien visto en España que nos enchufan donde sea, aunque el catalán/a en cuestión no sepa ni hacer la i con una regla.

Y, entonces, si tan buena fama tenemos… ¿Por qué a un servidor le siguen soltando lo de “Oye, que tú, para ser catalán, eres muy enrrollao”? Algún día responderé con un “¿Y tú a cuántos catalanes conoces?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Miguel a mi me parece que la gente no hace comentarios en tu blog porque eres tan realmente brillante, contundente y claro, que qué coño vamos a decir que no hayas dicho ya, claro, conciso y concreto?
gracias por tus escritos.

Miquel, a mi em dóna la sensació que ningú fa comentaris al teu blog per que ets realment tan brillant, contundent i clar que què coi podem dir que tu no hagis dit, clar, concís i concret?
mercès pels teus escrits.

Carles

Miquelet dijo...

Ostres... moltes gràcies, Carles. Sort que no tinc massa comentaris com aquest, o em tornaria del tot insuportable!!! La meva autoestima t'ho agraeix enormement*

*(Muchas gracias, Carles. Suerte que no tengo demasiados comentarios como éste, o me volvería del todo insoportable!!! Mi autoestima te lo agradece enormemente)

Anónimo dijo...

ah, que como cada cual tiene su 'egocillo' me permito indicarte un blog mio -ya abandonado, en tanto que no lo renuevo- donde también procuraba poner algunos puntos sobre algunas íes, que a veces cuesta... http://grouxo.blog.com.es/
se agradecerá un vistazo (aunque no sea a la prensa).
Carles
----
Ah, què com cadascú té el seu "egocet" em permeto indicar-te un blog meu -ja abandonat, en tant que no l'actualitzo- on també procurava posar algus punts sobre algunes is, que sovint costa (ah, amb mi la gent s'atrevia... mostra de la diferència de nivells...)
Salut i gràcies
Carles

Roberto dijo...

Pues sinceramente, yo hace poco fui a Barcelona (al GP de Mont Melo (perdon no se escribirlo correctamente)). Y fui asuastado. Fui desde Canarias, y aunque ya habia ido a Barcelona con anterioridad estas otras veces habia sido a tiro echo a determinado punto y vuelta y no como esta ultima, que me quede de Viernes a Lunes. Decia lo de miedo mas que nada por las advertencias de mis conocidos. - Cuidado en Barcelona (Cataluña ¿Cataluya?, en general), que es peligroso que ahi odian a los que se consideran españoles -. Mentira todo o almenos no fue eso lo que yo vivi.
Nadie me miro mal, nadie me trato mal y sin animo de ofender siempre hable Castellano para todo (mas que nada porque la otra forma de comonicacion que mas o menos conozco es el silvo Gomero).

Pues eso, que fue una experiencia muy bonita, un lugar muy acogedor (pernoctaba en un hote de Calella). Y muy buen trato en general. (Salvo porque un pavo me quiso robar la mochila -sin exito-, pero eso tambien pasa aqui en Canarias, como en cualquier lado).

Vamos que a mi me gusta una España multicultural. Aunque me despisten a veces los nombres de las calles :D

Un saludo.

PD. Miguel, hoy me estoy leyendo muchos articulos tuyos (hoy descubri el blog por medio de un enlace). Eres la bomba tio. ;)

Miquelet dijo...

Muchas gracias Roberto, por tus amables comentarios, y, especialmente, por contar esa verdad que a tantos molesta.

Te debo un café con langostinos.

Anónimo dijo...

No se porque hay tanto intolerante que acusa de anticatalán o de catalanofobia cuando uno defiende ideas diferentes a las suyas. Ni se porque muchos critican el manifiesto mediante teorías conspirativas y otras vaguedades pero no dicen nunca que parte del manifiesto es con la que discrepan. Misterios de la vida.

Y es cierto que el bilingüismo se vive con normalidad en Cataluña, no se quien defiende lo contrario, lo que se denuncia es que eso no se traslade a las instituciones. Por ejemplo:
- Porque no se puede escolarizar a tu hijo en su lengua materna y oficial como vehicular si esta es el castellano.
- Porque me multan si pongo el letrero de mi negocio sólo en castellano (tienes razón, si lo pongo en inglés seguramente nunca pasará nada, pero hay si solo lo pongo en castellano)
- Porque no encuentro impresos oficiales en castellano en el ayuntamiento o en las oficinas de la Generalitat cuando tengo que hacer gestiones, aunque lo pida expresamente porque es la lengua oficial en que me encuentro más cómodo.

Y podría seguir, y esto no son vaguedades sino los problemas que se encuentra un ciudadano que se cree titular de derechos y deberes, y que con espíritu democrático solicita al Estado que garantice sus derechos mediante una iniciativa legislativa popular, que es lo que es el manifiesto.

A mi juicio no son menudencias, aunque también te concedo que estas limitaciones de mi libertad se viven con normalidad en Cataluña. Pero también se vive con normalidad el gurka en Afganistán pero yo no dejaré de apoyar a esa minoría de afganes@s que denuncian ese símbolo represor. Además estas menudencias no sorprenden a nadie leído, ya hace 50 años alguien decía y tuvo razón:
"Los catalanes no se contentarán con publicar sus libros en catalán, lo que es enteramente justo, sino que en una nueva etapa, cuando llegue, si es que llega, la democracia, querrán que toda la enseñanza en Cataluña se dé en catalán, y el castellano quede completamente desplazado, y se estudie solo como un idioma más, como el francés. A esa desmembración lingüística me opondré siempre, como se opusieron Unamuno y Ortega en el Parlamento de la República".

* Vicente Aleixandre, 6 de julio de 1952, en el Congreso de Poesia de Segovia.