jueves, 30 de abril de 2009

´Vaticinando la victoria del Barça

Artículo publicado en Vistazo a la Prensa en abril de 2009

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Probablemente sería muchísimo más prudente escribir este artículo la semana que viene, tras la euforia del triunfo, y aprovechar así para loar las excelencias de este Barça de Guardiola, pues el fútbol no es una ciencia exacta y, algunas veces, la suerte influye más de lo que debiera en el resultado final de un partido, o incluso de una liga, y, desgraciadamente, no siempre grana el mejor. De ser así, el Barça sería sin duda campeón de liga, de copa y de Champions, pues, por muy subjetiva que pueda ser la apreciación de este culé irredento -que lo es desde la cuna y lo será hasta la tumba- los números de este Barça, una media de casi tres goles por partido casi a punto de finalizar la liga, y la felicidad y regocijo que nos ha aportado a los amantes del fútbol esta temporada no tiene, a día de hoy, el más mínimo parangón.


Vaticinar a estas alturas una victoria barcelonista ante el Madrid de cara al partido del próximo sábado no debiera ser atrevido si el Barça y el Madrid juegan como lo vienen haciendo, si el árbitro no se convierte en protagonista del encuentro y si el azar no hace de las suyas y se pone a llevarle la contraria a la justicia y al buen juego. Pero todas esas circunstancias también participan en el deporte y, existe una posibilidad –remota, pero existe- de que el Barça salga del Bernabeu con un resultado adverso.


Los periódicos de Madrid, llevan ya meses afirmando que el Madrid puede ganar la liga, prediciendo que el Barcelona pinchará y que el equipo merengue finalizará esta liga por delante de su eterno rival. Boluda perdió la cuenta de los puntos y se lió cuando quiso dar por hecha la victoria del Madrid del próximo sábado, pocos días antes de que el Liverpool le definiera con exactitud el significado de la palabra chorreo. Locutores deportivos a los que se les ve el plumero casi tanto como a un servidor, magnifican las victorias por los pelos del Madrid y menosprecian las amplias goleadas del Barça, pero al final de la liga que ya se acerca, o ellos o un servidor se tendrán que tragar unas palabras que expresan más deseo que realidad. Desde la lógica y el sentido común, un servidor está muy tranquilo, a sabiendas que este verano habrá más trofeos en el Museu del Camp Nou.


Meter presión al rival no es nuevo. Desde Barcelona se hizo lo propio el año que se le ganó al Deportivo la liga en el último partido, aquel día que Bebeto no se atrevió a tirar el penalty que erró Djukic, y funcionó: al Depor se le fueron evaporando, jornada a jornada, los puntos de ventaja y el Barça de Cruyff se volvió a llevar la liga; pero la situación no es la misma. Entonces el que hacía el “jogo bonito” era el perseguidor mientras que ahora quien lo practica es el líder.


Y es que cuando educamos a nuestros hijos, lo hacemos –o debiéramos hacerlo- intentando trasmitirles valores sobre el buen hacer, formándoles en la convicción que el trabajo bien hecho siempre tiene su recompensa y que el tiempo siempre pone a cada cual en su sitio. Cuando divulgamos ese discurso, en realidad, les estamos hablando de justicia. Los creyentes, además, inculcan el principio de justicia divina, esa implacable tabla rasa a la que nadie escapa y que llega incluso a los que consiguieron zafarse de la justicia terrenal. Si verdaderamente existiera esa justicia, ésa que pone todo al mundo en su sitio y que premia en todo caso las virtudes y castiga de forma infalible los pecados/delitos , no tendría ningún mérito afirmar hoy, 48 horas antes de que dé inicio del enésimo partido del siglo, que el Barcelona volverá a salir aplaudido del Bernabeu. Porque los seguidores del Barça hemos disfrutado de tantos partidazos esta temporada que ya hemos perdido la cuenta y nos cuesta decidir cuál ha sido el mejor partido de esta campaña: Olimpic de Lyon, Bayern de Munich, Sevilla, Atlético de Madrid, mientras que los aficionados madridistas llevan ni se sabe cuántas jornadas –con alguna excepción que confirma la regla- con la camisa que no les llega al cuerpo, rogando un milagro –como el Penalti de Casquero y el correlativo golazo de Higuaín- cuando no pidiendo con insistencia la hora.


Sí es una incógnita predecir qué planteamiento propondrá Juande Ramos, si volverá a jugar como un equipo pequeño como ya hiciera en Barcelona, o querrá ejercer de Chelsea y montar artillería pesada en el área, o, por el contrario, intentará mantener la pelota más que el Barça, cosa harto difícil cuando se tiene delante a Inhiesta, Xavi, Messi, Alves y compañía. Al contrario, los seguidores azulgranas sí sabemos cómo saldrán al campo los pupilos de Guardiola. A ganar, a ejercer de Barça y a merecer la victoria. Eso sí que no nos lo quita nadie y, se reconozca o no, es envidiable.


Así que, pese al azar, pese a la prodigiosa habilidad del Madrid para marcar en las cercanías del minuto 90, este sábado el Barça saldrá del Bernabeu con siete puntos de renta. Porque hoy por hoy tienen más calidad en el equipo, porque juegan muchísimo mejor y, especialmente, porque en justicia se lo merecen.

1 comentario:

Carles dijo...

posiblemente sea arriesgado e incluso tachable de prepotente predecir una victoria del Barça... pero es que nos mata la humildad, casi siempre confundida con complejo de inferioridad... para una vez que somos aplastantemente mejores que ellos, que estamos haciendo degustar a propios y ajenos los placeres del buen futbol, ¿porqué reprimir nuestro entusiasmo?
Vamos a ganar en Madrid pese a los arbitrajes, pese a la pretendida (y teatrera) seguridad madridista sobre su (nunca antes tan imposible) victoria.
Me conformo con un 1-3... y 4 aplausos.
(una vez más, gracias por tu estilo)